miércoles, 22 de mayo de 2013

Hay voces...


Hay voces que se acallan cuando pasas.
Silencios que ahuecan el ala.
Sones acompasados que dan paso a gestos enmudados.
Certera la daga clava su sino sobre tu destino.
Muerde la agonía enjuagando labios cuarteados en sustancia ocluida.
Ni grites ni gimas.
Nadie se percata.
La sierpe enrosca sobre tu garganta.
Duermes.
La espera te alcanza.
Una mano amiga acerca su gesto para tu consuelo.
No la miras.
Ausente sin ella te sientes.

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