domingo, 25 de noviembre de 2012

Ella


Ella

Ella quería vivir.
Quería descubrir la vida.

En casa le decían lo que sí y lo que no.

No le complacía.

Pasó por la sumisión ante el padre, a base de golpes y gritos.

En ella no se quedó.

Se negó.

Intentó ajustarse ese traje, pero siempre le apretó.

No le bastaba pensar que esa vida sería complaciente y suficiente.

Se alejó de proyectos que de noviazgo la llevarían a matrimonio.

Demasiado pronto para novios.
Le quisieron hacer doblegar.
Sus ilusiones se hicieron más fuertes.
No se dejó gobernar.
Cedieron.

El tiempo hizo caduco ese amor.
Lo dejó.
Volvieron a intervenir.

Ya era más fuerte, aunque le costó lo suyo.
La soledad era un precio muy alto.

Rehízo sus emociones e hizo lo que su impulso le indicó.

El tiempo de espera le dio su recompensa.
Pudo hacerse con las riendas de su vida.

La familia tuvo que aceptar el cuento que le iba arguyendo.

No se casaría.

Esos hombres que fueron entrando en su vida le iban demostrando quien era ella. 
Una mujer que no se sometería.

Cuando mira a ese tiempo, piensa que tuvo suerte.
No fueron malas personas.
No sometieron su alma, ni quisieron ser como la mayor parte de los que en ese tiempo dirigían la vida de sus amigas.

Seguiría.

Se liberaría cambiando sus mudas.

Renacería.
Nacería en los brazos de la mujer que despertaría en ella deseos desconocidos y sabores no sabidos.

Siguió descubriendo el camino de su vida.

Nadie por ella la viviría.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Somos parte


Cuando llegas al punto en que sabes que nada de lo que te rodea está a tu disposición, es el momento de tomar el camino de vuelta.
Esa sensación anida en quienes se sienten excluidos de este estar en la territorialidad.
Ideas de otro mundo en que nada duele ni es necesidad, asientan sus pilares para que la esperanza en un más allá descuelgue de este estar la realidad.
Toca mirarse las manos hacedoras de cada uno de nuestros trazos.
No dejarse arrastrar por la niebla que dejaremos a nuestros pies si subimos a la cumbre y entramos en contacto con nuestro ser material.
Un organismo vivo forma parte del todo.
Muchas de las necesidades de las que parece no podemos prescindir son falsas.
Efímero cada uno de esos gestos negativos que anulan nuestra voluntad.
Ahora te tienes. Te bastas. No pretendas cerrar con un golpe la posibilidad.
Somos parte de una totalidad.

martes, 13 de noviembre de 2012

¿Por qué?


¿Por qué me suenan los poemas a poesía añeja?
Será que la tierra nuestra siembra estrechez de tristezas.

¿Por qué tus versos me huelen a mugre fermento de pasado?
Será que en ellos hierve la sangre rota del hambre.

¿Por qué?

No encuentro sosiego a esta desazón que me embriaga la razón.