jueves, 31 de mayo de 2012

Toca pactar con las circunstancias


Oculto.
Amago.
Descubro.
Espero.

Manifiesto curiosidad y salgo de mi refugio.
Es posible que el deseo ausente espere.
No lo tengo presente.
Los días siguen un guión del que no me alejo.
Hay situaciones que me hienden.
No siempre.
Trato con serena postura cada acto imbricado en mi presente.
La ausencia es perenne.
¿Recobraré el halito de otro tiempo?
¿Remozaré en mi piel?
Tengo mis dudas.
Parece que todo se precipita.
Ese aliento que alimentaba mi alma, no está en este momento.
Se alejó de mí.
Pasé la zozobra y ahora parece no tener nada que ver con mi persona.
No muero, porque no lo deseo tampoco.
Permanezco en este lecho seco.
Mi cuerpo pone sus marcas de dolor y envejecimiento.
Planifico caminos trillados.
No invento.
Me oculto tras mi maraña.
Soy cepa seca.
Soy bosque.
Soy tierra y aire.
Soy seco paraje.
La sobra alivia el camino que me trae y me lleva.
El sol viene a presente y ausente.
Hay un cielo que me asiste sobre la cabeza.
No le tengo consciencia.
He partido y estoy en espera.
De regreso en otro horizonte.
La mente no se adhiere al presente.
Navega en mares de calma.
He salido y me cuesta encontrar el regreso a mi sino.
¿Qué razón me doy para darle sentido?
Debería tenerme en cuenta.
Sobrevivo.
Cuido aspectos de integración, para evitar disonancias con mis semejantes.
He bailado la danza macabra y he quedado estigmatizada.
No hay vuelta.
Instalo en este tiempo mi tienda nómada.
Toca pactar con las circunstancias.

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